30.5.12

Parque Nacional Cascada de Basaseachi



Por la carretera que va de chihuahua con rumbo a Yécora Sonora, después de pasar por Tomochi, se entronca otra carretera; a 12 Kilómetros de este crucero se encuentra la Cascada de Basaseachi, forma corrupta del antiguo topónimo rarámuri Baseseachic. Este nombre fue tomado del pueblo próximo a la cascada, perteneciente al municipio de Ocampo.
 
EL entorno está formado por bosques de pinos, barrancas y arroyos con minúsculos valles cultivado por los nativos. Poco antes de llegar al precipicio. El caudal del río Basaseachi crece con la corriente de dos arroyos de tal manera que sobre todo en temporada de lluvias, al precipitarse el torrente hacia un abismo de 246 metros de altura, se hace una de las caídas de agua más altas de planeta. Su belleza se acentúa al caer en chorro, sin ningún obstáculo, lo que provoca que las capas de aire vayan extendiendo poco a poco el agua antes de llegar al fondo.

De lejos parece un gran abanico cerrado de fino encaje blanco; en la sima de los paredones de basalto el agua se vuelve a juntar y, con el nombre de río Candameña, forma una serie de rápidos que llegan hasta el río Mayo.

En el área cercana a la cascada hay barrancas majestuosas que tienen hasta mil metros de profundidad, como Nabosáigame y Candameña cuyo inicio se admira desde lo alto de la cascada Basaseachi.

En los paredones de algunas de estas barrancas existen cuevas que sirvieron de morada a los pimas. Ocupantes de esta región de la sierra.
En Yepáchic, Tutuaca, Maicoba y Yéroca aún es posible entrar en contacto con las familias de esta etnia que conserva su antigua lengua y cultura.




23.5.12

Campos menonitas



Hoy en día, los menonitas representan un atractivo para el viajero que atraviesa Cuauhtémoc, que es la puerta de entrada a la sierra Tarahumara. Llegaron a México en 1922  y pertenecen a una secta que se caracteriza por su laboriosidad, rechazo a la violencia y apego a sus principios religiosos. Se les puede ver en los campos que rodean Cuauhtémoc, vestidos con sus atuendos tradicionales, reminiscencia de costumbres y trajes del siglo XVI en el norte de Europa. Solían trasladarse en carruajes tirados de caballos percherote, aunque cada día son suplidos por vehículos modernos.

Actualmente continúan siendo un grupo que tiene comunicación minima con los pueblos circunvecinos, lo que les facilita por su idioma bajo alemán. Visitar un campo menonita es retroceder en el tiempo, pues sus habitantes aún conservan elementos medievales en su vestuario y en la construcción de viviendas.

Después de alguna nevada en la región de Cuauhtémoc, el paisaje recuerda a los pueblos flamencos del siglo XVI.

Al norte de Cuauhtémoc encontrará el museo y centro cultural Menonita. Está instalado en una típica casa menonita de madera con tejados blancos, donde podrá ver las habitaciones tanto los padres como de los hijos, así como diversos utensilios de trabajo, de cocina y muebles que los menonitas utilizaban en 1922, como maquinas para hacer embutidos, cunas, lavadoras, neveras, batidoras y cortapapas. En el museo se proyectan autovisuales que narran la historia de este grupo y, en la tienda de artesanías, se ofrecen productos menonitas y algunos artículos como manteles, muñecas y textiles. Se localiza en el kilómetro 10.5 de la carretera Cuauhtémoc-Álvaro Obregón (estatal 10)

Otra opción es visitar las tiendas y granjas menonitas, como la quesería América, donde podrá adquirir quesos y otros productos lácteos. Ésta se encuentra a  500 metros de la desviación del campo 2B, al cual se llega por la carretera Cuauhtémoc-Álvaro Obregón, en el kilómetro 7.5.
Si desea aprender un poco más sobre la forma de vida de los menonitas. Lo invitamos a ver Luz silenciosa (Stellet Litch), una película del cineasta mexicano Carlos Reygadas.

Estrenada en Octubre de 2007, la cinta fue galardonada con varios premios nacionales e internacionales y muestra la vida de los menonitas en esta región de Chihuahua.


17.5.12

Palacio de Alvarado


Pedro Alvarado, dueño de la generosa mina La Palmilla, mandó construir esta impactante casona en 1894. Su construcción en cantera refleja de manera evidente el peculiar eclecticismo que estaba de moda en Europa en aquel entonces. Fue erigida por el arquitecto francés Amérigo Rouvier, quien impulso un fuerte sello a la arquitectura decimonónica de Parral, pues también construyó la Casa Stallforth, el actual Hotel de Hidalgo y la casa de la familia Griensen.

Los Alvarado ocuparon su “palacio” en 1903, mientras el pintor italiano Antonio Decanini concluía la decoración de los muros del patio central. Los muebles traídos de Europa fueron tan lujosos como el lugar que le servía de marco. La opulencia de la mina dio para todo.

Hace unos años, la casona fue adquirida por el gobierno estatal, por lo que hoy funciona como Museo y Centro Cultural, en donde se organizan exposiciones, conciertos y talleres. 


9.5.12

Los Cañones de la Barranca del Cobre


Después de la actividad volcánica de la sierra y de la formación de las mesetas, la erosión ocasionada por el viento y la lluvia continuaron dando forma  lo que hoy podemos ver como los cañones de la Barrancas del Cobre.

Si bien, esta región de la SMO tiene varios cañones, solo a 7 de ellos se les considera dentro de la zona de Barrancas del Cobre:

Barranca de Urique:

Con 1,879 m de profundidad, es la barrancas más profunda de México y la más conocida de esta zona, gracias a que se observa desde la estación Divisadero del CHEPE. Se origina en la unión de las Barrancas del Cobre y Tarararecua, y en su fondo corre el río Urique, que desemboca en el Pacífico por el estado de Sinaloa.


Barrancas del Cobre:

Con este nombre se conoce la manera genérica a todo el sistema de Barrancas. Esto debido a que cuando se abrió la estación del CHEPE se confundió la Barranca del Cobre con la de Urique, que desde ahí se aprecia muy bien. Lo cierto es que la Barranca del Cobre, con 1,300 m de profundidad, es poco conocida.

Debe su nombre a unas viejas minas que hay en su fondo en las que se exploraba cobre. 


Barranca de la Sinforosa:

Se trate quizá de  la barranca más espectacular de la región Barrancas del Cobre y  la segunda más profunda con 1,830 m. Precisamente por esto se le conoce como “la reina de las barrancas”.

Se accede desde la población de Guachochi, 18 km al sur. En donde se encuentra el mirador de Cumbres de Sinforosa. Una de las principales actividades es el campismo y la caminata, bajar al donde de la barranca y admirar el hermoso paisaje. También es impresionante observar la barranca desde sus miradores, y para ello cualquier temporada es buena, además de visitar Guachochi y realizar compras de artesanías, como violines de madera, cobijas de lana, tambores entre otras cosas.



Barrancas Batopilas:

Esta barranca tiene 1,800 m de profundidad y destaca por su historia, la cual gira alrededor de a minería y su centro más importante, el hermoso pueblo de Batopilas, que se encuentra a los 450 msnm, en el fondo de la barranca. Debido a la abundancia y riqueza en minerales, el poblado de Batopilas adquirió gran importancia, al grade de ser el segundo poblado en todo México en contar con electricidad. 

Tiene vistas imponentes desde su mirador de la Bufa. En su fondo corre el río de Batopilas, el que también forma parte de la cuenca del El Fuerte. En esta barranca se conservan algunas de las comunidades rarámuris mas tradicionales.



Barranca de Candameña:

Con 1,750 m de profundidad esta barranca se encuentra enclavada en el Parque Nacional Cascada de Basaseachi, a 276 km al oeste de la ciudad capital de Chihuahua, y a 4 horas por la carretera 16 que llega a Ciudad Cuauhtemoc, La Junta; San Pedro; Tomochi y Basaseachi.

Esta barranca combina espectacularidad y belleza. Destaca porque tiene las dos cascadas máss altas de México: Piedra Volada (435 m) y Basaseachi (246 m), por lo cual se le conoce como “La Barranca de las Cascadas”. Además, contiene la peña de El Gigante, que presenta la pared totalmente vertical más alta de México conocida hasta el momento.

Barranca de Chínipas:
Con 1,600 m de profundidad es quizá la menos conocida, debido a su lejanía. En su fondo corre el río del mismo nombre, afluente del río El Fuerte. En el fondo de esta barranca se encuentra el pueblo misional de Chínipas, el mas antigua de toda la Sierra y uno de los mejores conservados.


Barranca Oteros:

Se encuentra entre los antiguos pueblos mineros de Maguarichi y Uruachi, con una profundidad de 1,520m. Es accesible desde ambos pueblos por caminos de terracería. También se puede llegar vía El Divisadero y San Rafael.

Entre otras maravillas que posee esta barranca, sobresale la cascada de Rocoroybo con sus tres saltos.